Esta vez, la noche tiene una melancolía, como yo cincuenta años adelante pensando en las cosas que no hice
y ya no podré hacer, triste.
Luego, cuando recuerdo las cosas lindas que han hecho por mi, la noche se pone tierna y llorosa.
Es en momentos como estos, en que me siento abrumado, que me das la alegría necesaria para ser todo lo que necesitaba. Todos los días hago un homenaje a tu delicadeza y sinceridad, a tu belleza de persona.
Reiré por todos ellos, un homenaje ciego a toda esa gente hermosa que camina por allí.
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